Irma y su nueva mirada

Cómo los lentes progresivos transformaron su día a día

Irma tiene 46 años, trabaja en oficina, le encanta leer y cuidar de su familia. Siempre había tenido buena vista, pero en los últimos meses notó algo distinto: le costaba enfocar las letras pequeñas, alejaba el celular para leer mensajes y terminaba el día con fatiga visual y dolor de cabeza.

Como muchas personas, Irma atribuía estos cambios al cansancio. Sabía que los lentes progresivos existían, pero pensaba que eran “para personas mayores” o que resultaban incómodos. “Escuché que marean mucho y que uno nunca se adapta”, nos contó.

Sin embargo, después de una revisión completa en Maruma Vision, Irma descubrió que lo que estaba experimentando era presbicia temprana, un cambio visual común que aparece alrededor de los 40-45 años, cuando el ojo empieza a perder flexibilidad para enfocar de cerca.

Nuestros especialistas le explicaron cómo funcionan los lentes progresivos: un solo par de lentes con diferentes graduaciones que permiten ver claramente a todas las distancias —de lejos, intermedia y de cerca— sin cambiar de gafas ni hacer esfuerzo visual.

Al principio tenía dudas, pero aceptó probarlos. Bastaron solo unos días para que su experiencia diera un giro.

“Pensé que me iba a costar mucho adaptarme, pero la verdad es que fue muy rápido. Ahora ya no batallo para ver el celular o leer etiquetas. ¡Y son súper cómodos!”

Hoy, Irma se siente más segura y tranquila con sus nuevos lentes. Ha recuperado su ritmo de vida sin molestias, y recomienda a otras personas que no se queden con la duda ni con mitos del pasado.

En Maruma Vision, entendemos que cada etapa de la vida trae nuevas necesidades visuales, y estamos listos para ayudarte con la mejor tecnología y atención personalizada.

¿Notas que te cuesta leer de cerca? Agenda tu revisión con nosotros y descubre una nueva forma de ver la vida.

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